Alfredo Goyeneche se desempeñó durante más de 50 años como empleado bancario y formó su propia familia constituida por sus hijos, nietos y bisnietos.
Un detalle no menor es que, hace algunas semanas, cumplió los 103 años de vida: siglo en el que vivenció y fue testigo de un sinfín de sucesos y acontecimientos que marcaron la historia nacional como así también local. Un ejemplo de ello, fue haber visto pasar más de 40 intendentes a nivel local con todo lo que eso significa y representa.
Por todo eso, y en diálogo con Democracia, Goyeneche recordó su infancia el desembarco de sus padres en nuestro país; abordó el lugar ocupado por su infancia en un Junín muy distinto al que conocemos hoy; analizó su trayectoria como empleado bancario; y brindó su mirada acerca del “secreto” para tener una vida saludable.
Punto de partida
Para situarse en lo que fue la infancia de Goyeneche hay que remontarse al año 1924 cuando aún no se habían gestado momentos históricos que marcaron a todo el país: desde algo competitivo como puede ser las copas del mundo conseguidas por el seleccionado argentino de fútbol hasta la reforma de la Constitución del 94. Todo eso, y mucho más, transcurrieron en simultáneo al paso de los años y su crecimiento.
Precisamente, uno de los fenómenos que se desarrolló durante ese marco fue el de la inmigración que caracterizó al país. “Mis padres, Fermín Goyeneche e Isaac Luquín, vinieron de España buscando oportunidad laboral. En esa época, mucha gente como ellos, vinieron a la Argentina dado que se hablaba que en esta tierra existían muchas posibilidades de trabajo y progreso”, contextualizó.
Acerca de la radicación de su familia a nivel nacional indicó que “junto con mi padre, mis hermanos Fernando, Carlos y Félix llevaron adelante el comercio hasta su cierre. Éramos siete hermanos varones y fui el menor de ellos. Recuerdo que, en ese entonces, existía una ley por la cual el séptimo hijo varón podía ser nombrado ´Ahijado del Presidente de la Nación´ (don Hipólito Yrigoyen)”.
Siguiendo con el recorrido de su biografía, en lo que respecta a su infancia, contó: “Fui a la escuela primaria N° 3. Mis padres tenían un negocio de almacén llamado La Banderita, ubicado en la esquina de General Paz y España, que funcionó hasta aproximadamente el año 1980”.
Muestra de aquel tiempo, alejado de las plataformas digitales, recordó las actividades que realizaban. Al respecto, comentó: “Jugábamos a los naipes, al ping pong, al billar, a las escondidas en la calle o en la estación de tren. Los valores que me dieron es que hay que ser honesto, trabajador honrado buena persona solidario”.
Asimismo, comparó la sociedad de antaño con la actual. “Me da la impresión que los chicos de antes eran más, por así decirlo, educados o respetuosos. Veo que hoy están todo el día con el celular y no valoran las cosas importantes como son los amigos, la familia o los amores”, opinó.
Mirada en retrospectiva: la trayectoria y desarrollo
Un hecho clave en la vida de Goyeneche fue la formación escolar recibida para luego insertarse laboralmente. Tras culminar en el colegio Nacional, se produjo su ingreso e inicio de carrera en el Banco de la Provincia de Buenos Aires.
Más allá del desarrollo familiar en el rubro comercial, eligió el trabajo institucional. De tal forma, señaló: “Ellos querían que me dedicara al comercio, pero yo no quería y pude ingresar al Banco a través de una recomendación que me hicieron y me admitieron en el proceso”, explicó.
Sobre su inicio laboral alejado de nuestra ciudad rememoró: “Viví en Mercedes durante casi cinco años. Tengo el recuerdo de una ciudad muy linda, donde trabajé con categoría de jefe de sección hasta que logré el deseado traslado a la sucursal de acá (Junín), donde continué trabajando y me jubilé hace bastante tiempo”.
“No tenía pensado hacer otra cosa que no sea tener un trabajo seguro y también he realizado tareas administrativas. Consideraba al trabajo como algo muy importante en mi vida porque de esa forma aseguraba las condiciones básicas para mi familia”, aseguró.
En tal sentido, en lo que significó su vuelta al lugar natal comentó que fue “porque estaba mi novia y queríamos formar nuestra familia en Junín. A su vez, en ese marco, trabajar en el banco era lindo y tranquilo, lo que me posibilitó también tener la oportunidad de conocer muchas personas”.
Tal como señaló Goyeneche, la aspiración de formar su propia familia fue un aspecto no menor en su vida. Sumado a sus siete hermanos, tuvo tres hijos llamados Gustavo, Alejandro y Marilyn; y siete nietos: Diego, Natalia, Carla, Romina, Jorgelina, María Nora y María del Carmen.
Sin embargo, el árbol genealógico no termina allí, ya que, al día de hoy, experimentó una instancia no muy conocida y vivenciada por cualquier persona como es ser bisabuelo. Por eso, hizo mención a sus cinco bisnietos: Sofía, Thiago, Francesca, Benjamín y Manuel (el más pequeño de la familia con un año).
Regresando a lo que fue la génesis de tal evolución familiar, Goyeneche hizo mención a su esposa Haydee Francisca sobre quien expresó: “La conocí porque vivía cerca de mi casa y me enamoré apenas la vi, ya que, ella era muy bella al punto que podría decirte que era como una muñeca. Comenzamos a salir y al poco tiempo nos casamos”.
“Actualmente, junto a ella, llevamos 71 años como casados habiendo tenido un nuevo aniversario hace muy poco. Quiero resaltar que siempre estuvimos juntos acompañándonos y ayudándonos mutuamente”, enfatizó e hizo lugar a los valores que le inculcaron sus padres para lograrlo como fueron la honestidad, la honradez y la bondad”.
Valoración de Junín
Con más de diez décadas de historia en nuestra localidad, siendo testigo del paso de más de 40 gestiones municipales, con sus respectivas políticas implementadas en cada momento, Goyeneche abordó tal suceso y realizó un repaso por todo lo que fue dicho proceso.
“Junín era bastante pequeño en esa época y la ciudad fue progresando intensamente con el Ferrocarril que empleaba a miles de obreros y, de esta manera, permitió el progreso y creación de nuevos negocios”, resaltó sobre lo que implicó el momento local vivenciado en el siglo XX.
Ya en el siglo XXI, en el 2024, opinó: “Creo que en la actualidad es una ciudad muy completa en cuanto a comercios y servicios, a pesar que hace ya tiempo que no salgo a recorrerla ni hacer mandados o compras como podía llegar a hacer antes. Más allá de eso, salgo cada tanto, paseo y voy de recorrida en auto a la Laguna de Gómez”.
Siguiendo con su análisis, en torno al progreso local enumeró cambios como fueron “la implementación del asfalto, más iluminación, la infraestructura y cosas más generales como puede ser el acceso a internet y a la televisión en cada casa”.
Como un último aspecto de nuestra ciudad compartió sus sensaciones de toda una vida ligada a un mismo lugar. Al respecto, manifestó: “Vivir en Junín es algo hermoso, ya que, acá formé toda mi vida e incluso a mi familia”.
“Quiero mucho a mi ciudad, ya que, y repito porque así merece, nací y viví siempre acá. Vi cómo ha crecido y toda mi vida se desarrolló en Junín. Es un lugar recomendable para vivir”, sostuvo.
Cierre
El desarrollo en el rubro bancario, la posibilidad de formar una familia al punto de llegar a ser bisabuelo y superar el siglo de vida son elementos que caracterizan la historia de vida de Goyeneche volviéndolo un valor distinguido para nuestra ciudad.
Al ser consultado en torno al “secreto” para poder tener una vida longeva, saludable y sustentable, tras pensarlo, respondió: “Es ser honesto, bondadoso y ayudar en todo lo que se pueda. De hecho, algo no menor es que cada día puedo irme a dormir con la conciencia tranquila y tal vez ese sea el secreto. Estoy tranquilo y conforme con lo que viví, sumado a la familia que pudimos formar junto a mi esposa”.
Finalmente, en lo que hace a su cotidianeidad en el presente contó: “Con mi edad mucho no puedo hacer, por lo que, la rutina es levantarme temprano, preparar el desayuno tanto para mí como para mi señora o al revés, lo prepara ella. Nos acompaña una mujer llamada Mirta y nos da una mano en cosas que necesitemos, ya sean temas de la casa o darnos una mano con el almuerzo”.
Por último, en lo que hace a su presente, Goyeneche disfruta de su día a día tranquilo en su casa acompañando el desarrollo profesional de sus hijos y el crecimiento de sus nietos y bisnietos.
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